ROLA OPINA DE REPARACIONES Y RECONCILIACIONES

VIOLENCIAS Y MUJERES
El pasado miércoles comenzó en Bogotá el PRIMER CONGRESO INTERNACIONAL VIOLENCIAS CONTRA LAS MUJERES JUSTICIA DE GÉNERO, organizado por la alcaldía Mayor de Bogotá desde la oficina para que coordina la política pública de mujer y género. Si bien la Chicarrola tiene serias diferencias con este grupo de mujeres, pues se resisten a trabajar con hombres y casi asumen la cuestión de género como exclusiva de las mujeres y en especial de mujeres de academia. Aún así me detuve un instante de la semana para asistir a este espacio y de allí la siguiente reseña:

COMISIÓN DE LA VERDAD: EL CASO PERUANO
En los años ochenta y noventa se vivía un clima de violencia en el Perú. Como respuesta las fuerzas del orden desempeñaban una campaña de persecución contra todo aquello que fuera leído como subversivo .En los años 80 Andrea*; una joven peruana que esta interesada en ingresar a la universidad de la ciudad donde vivía, decide asistir a una universidad tan solo para recoger la información del programa que le interesa estudiar. Ese día apenas coloca un pie en el edificio universitario llegan militares haciendo detenciones “preventivas” de estudiantes. Entre los detenidos se encuentra Andrea, quien es llevada a un centro de “detención”. Allí es violada como parte de los maltratos y torturas de los que es victima. Fruto de esta violación Andrea queda embarazada. Años después ante la comisión de la verdad y junto a su hija de mas o menos 8 años Andrea dice que antes de ese momento nunca tuvo novio y que ese día solo buscaba información sobre la universidad a la que se dirigía.

En el Perú durante los años de violencia vividos en los mandatos de Belaunde y Alán García, en especial por el levantamiento del grupo Sendero Luminoso en las zonas de la sierra (para nosotros la montaña) fueron miles los desaparecidos, así como los torturados, perseguidos y las familias asesinadas. De este periodo el Perú hereda un momento doloroso, no solo de violencia sino también de impunidad, pues tanto los gobiernos como los habitantes de ciudades como Lima, estuvieron ausentes y se resistieron a asumir la violencia que por entonces se vivía. Vale la pena resaltar el hecho de que la población de Lima estaba tan ajena a este hecho, en especial su clase alta, que es solo en los noventa, cuando Sendero decide llegar a la capital comenzando una oleada de ataques terroristas, cuando los Limeños reconocen y se preocupan por terminar la violencia, tras lo que es elegido Alberto Fujimori.

Luego de los casos de corrupción que se generan en el gobierno de este nacionalizado Japonés, se asume un gobierno transitorio el cual tras los escándalos de corrupción y violación de derechos humanos asume el establecer LA COMISIÓN DE LA VERDAD Y RECONCILIACIÓN. Esta figura que ha operado en países de contextos similares (violación de los derechos humanos) como reivindicación ante las víctimas y posibilidad de que los países relaten y asuman los periodos de violencia que tuvieron, comenzó a reconstruir en el Perú los actos de violencia cometidos en las últimas 3 décadas. De este proceso surgieron testimonios, reconocimientos y toda serie de formas que contaron una historia desde la óptica de las víctimas. Surgieron así relatos dolorosos y aterradores de las formas de violencia y abuso de los grupos subversivos al tiempo que de las mismas fuerzas del estado. Una de las integrantes de la comisión Julissa Mantilla, visitó Bogotá en el marco del encuentro sobre Violencias contra las mujeres organizado por la alcaldía.

El trabajo de Jullissa en la Comisión de la verdad, no solo posibilitó el proceso de reconstrucción, reconciliación y reparación de algunos casos, también sirvió para que en la comisión se permitiera la reflexión acerca de la importancia de reconocer los crímenes cometidos contra las mujeres. Esto qué implicaba? Implicaba reconocer que sin esta perspectiva casos de violaciones, torturas y crímenes pensados para atacar expresamente a la mujer, quedarían sin ser registrados y sobre todo reconocidos. Entendiendo que el reconocimiento de este tipo de actos se constituye en el primer paso para el resarcimiento y las políticas que eviten a toda costa su ocurrencia. Julissa una Peruana de tono fuerte y emotivo nos comentó su experiencia tratando no solo de reconocer la ocurrencia de los casos sino también de traspasar las visiones sesgadas que en muchos casos dificultaban el reconocimiento de las mujeres que fueron víctimas de estos hechos.

De su relato nos quedamos con la reflexión para nuestro país, que ahora habla de Verdad y reparación, estamos realmente preparados para esto? Hay condiciones reales para las Verdades y las reparaciones a las víctimas? Y referido a las mujeres, en nuestras violencias tan complejas y extensas hemos sido conscientes del papel de las mujeres en el conflicto?


* Nombre ficticio

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